jueves, 30 de marzo de 2017

El Cordero es Digno (Apoc.5)// El rey de gloria (Sal 24 )// Creer en el ...



23 de marzo

PARTE1   El Cordero Digno (Apoc.5)

9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,

12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.

13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.

14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.





PARTE 2   El rey de gloria (Sal 24

Salmo de David.

24  De Jehová es la tierra y su plenitud;

    El mundo, y los que en él habitan.

2 Porque él la fundó sobre los mares,

Y la afirmó sobre los ríos.

3 ¿Quién subirá al monte de Jehová?

¿Y quién estará en su lugar santo?

4 El limpio de manos y puro de corazón;

El que no ha elevado su alma a cosas vanas,

Ni jurado con engaño.

5 El recibirá bendición de Jehová,

Y justicia del Dios de salvación.

6 Tal es la generación de los que le buscan,

De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah

7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,

Y alzaos vosotras, puertas eternas,

Y entrará el Rey de gloria.

8 ¿Quién es este Rey de gloria?

Jehová el fuerte y valiente,

Jehová el poderoso en batalla.

9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,

Y alzaos vosotras, puertas eternas,

Y entrará el Rey de gloria.

10 ¿Quién es este Rey de gloria?

Jehová de los ejércitos,

El es el Rey de la gloria. Selah





PARTE 3

10  Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.

2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.

3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;

4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.

6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);

7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).

8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:

9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;

jueves, 2 de marzo de 2017

El Señor la ofrenda perfecta (Heb. 10)// La elección de Dios (Romanos 9)



2 marzo 2017

PARTE 1 El Señor la ofrenda perfecta  (Heb. 10)

Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.

3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:

    Sacrificio y ofrenda no quisiste;

    Mas me preparaste cuerpo.

6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.

7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para

hacer tu voluntad,

Como en el rollo del libro está escrito de mí. m

8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley),

9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.

10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;

12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;

14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.





PARTE 2 La elección de Dios (Romanos 9)

6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,

7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.

8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre

11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

12 se le dijo: El mayor servirá al menor.

13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.