miércoles, 7 de marzo de 2018

El Evangelio a los gentiles (Romanos 15)



Romanos 15

1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas
de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno,
para edificación.

3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está
escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre
mí.

4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra
enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la
consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre
vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,

6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo.

El evangelio a los gentiles

7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos
recibió, para gloria de Dios.

8 Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión
para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas
hechas a los padres,

9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia,
como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles,
Y cantaré a tu nombre. m
10 Y otra vez dice:
Alegraos, gentiles, con su pueblo. m
11 Y otra vez:
Alabad al Señor todos los gentiles,
Y magnificadle todos los pueblos.
12 Y otra vez dice Isaías:
Estará la raíz de Isaí,
Y el que se levantará a regir los gentiles;
Los gentiles esperarán en él.
13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer,
para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros
mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento,
de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.

15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como
para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada

16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el
evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda
agradable, santificada por el Espíritu Santo.

17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios
se refiere.

18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por
medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y
con las obras,

19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de
Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores
hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.

20 Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde
Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre
fundamento ajeno,

21 sino, como está escrito:
Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él,
verán;
Y los que nunca han oído de él, entenderán.
Pablo se propone ir a Roma
22 Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a
vosotros.

23 Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y
deseando desde hace muchos años ir a vosotros,

24 cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al
pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya
gozado con vosotros.

25 Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.

26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda
para los pobres que hay entre los santos que están en
Jerusalén.

27 Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los
gentiles han sido hechos participantes de sus bienes
espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales.

28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este
fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.

29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la
bendición del evangelio de Cristo.

30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el
amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios,

31 para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que
la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta;

32 para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y
que sea recreado juntamente con vosotros.

33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.

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